La Presa Iturbide es un lugar turístico en el Estado de México que cuenta con una gran belleza natural.

En el periodo prehispánico este lugar fue llamada Tlazallan, y Santiago Tlazala durante todo el periodo virreinal, que significa "Entre las tierras". El 1 de abril de 1979 su nombre fue cambiado a Isidro Fabela en honor al ex gobernador del Estado de México.

La Presa Iturbide fue construida principalmente para abastecer de agua a las comunidades cercanas y también para la regulación hidráulica de la región. Aunque no es una de las más grandes del Estado de México, tiene un impacto significativo en la zona por su capacidad para almacenar agua.

Es importante destacar que está prohibido nadar en la presa. Esto porque se considera un sitio con alta peligrosidad para esta actividad.

La Presa es un lugar rodeado de leyendas y un espacio natural ideal para la convivencia con la naturaleza.

La temperatura del agua, así como los troncos que han quedado cubiertos por el agua y la maleza que crece le dan una apariencia tétrica digna de escenario de película de terror.

Las personas del lugar creen firmemente que existe una conexión sobrenatural con los sucesos trágicos alrededor de la Presa Iturbide. Otros tantos creen que únicamente se debe a la falta de civismo de los visitantes y el permanente deseo de romper reglas, aunque eso les cueste la vida. Más de 70 años le han dado a la presa fama, reconocimiento y un toque extraño que no ha perdido y curiosamente, se acrecenta con los letreros de advertencia colocados a su alrededor.

La Presa Iturbide es un lugar muy apto para pasar el fin de semana en familia, pareja o con amigos. Las leyendas que giran en torno a ella no le quitan el toque turístico imprescindible en un destino tan cercano a la Ciudad de México.