Entre pastizales, bosques y agua.

Un refugio natural por descubrir Ubicado en el corazón del Estado de México, Corral de Piedra es un paraje poco explorado que guarda una belleza serena y una biodiversidad sorprendente. Rodeado por extensas áreas de pastizales, encinos, pinos y humedales estacionales, este espacio natural forma parte del sistema hidrológico que alimenta los ríos Lerma y Verdiguel.

Corral de Piedra es más que un paisaje.

Es un espacio vivo donde conviven aves migratorias, venados cola blanca, coyotes y especies endémicas que encuentran en este ecosistema un refugio seguro. Sus senderos suaves y abiertos lo hacen perfecto para caminatas, observación de aves, fotografía de naturaleza y recorridos en bicicleta de montaña.

En la laguna el cielo no solo se mira, se toca en su reflejo.

A lo largo del año, los espejos de agua que se forman en temporada de lluvia reflejan los cielos limpios y crean un entorno casi mágico, ideal para quienes buscan escapar del ruido urbano y reconectar con lo esencial. Los pobladores de las comunidades vecinas, como Amanalco, han comenzado a revalorizar el lugar como patrimonio ambiental y cultural.

Las nubes no solo cruzan el cielo, se detienen a contemplar su reflejo en la quietud de la laguna.

Al amanecer, los bancos de niebla se deslizan sobre el agua como un velo sagrado, abrazando el paisaje con un silencio profundo. A medida que el sol asciende, las nubes altas se despliegan en formas cambiantes —algunas densas como montañas, otras delgadas como susurros— y pintan el cielo con luces suaves que tiñen el agua de tonos azules, dorados y grises. Es un espectáculo natural que transforma el horizonte en un espejo vivo, y que invita a la contemplación y al respeto por este santuario de agua y cielo.

¿Qué puedes hacer aquí?

• Caminatas interpretativas

• Observación de fauna silvestre

• Fotografía de paisajes y flora

• Recorridos en MTB (nivel basico a intermedio)

• Navegacion en kayak

• Sumergirte en las aguas frias de sus rios

Recomendaciones:

Lleva calzado cómodo, agua, gorra, binoculares y mucha disposición para escuchar a la naturaleza.

Es importante respetar las zonas de pastoreo y dejar el lugar tal como lo encontraste.